Desarrollando lideres internamente

Uno de los
más grandes retos en este contexto del desarrollo de líderes dentro de
cualquier organización, es si conviene desarrollarlos internamente (con todas
las dificultades implícitas) o si más bien conviene buscar en fuentes externas.
Rakesh Khurana de Harvard invita a considerar en su artículo titulado “La
búsqueda irracional de gerentes carismáticos” sobre ¿qué cuesta más, generar un
ecosistema de sucesión de líderes o los fallos de Líderes-Mesías que llegaron
de afuera sin haber podido cumplir con sus promesas? Por otra parte, el
profesor de estrategia corporativa y liderazgo de la Escuela de Negocios de
Harvard Joseph Bower refiere en una investigación sobre el reemplazo de
gerentes que, “No se puede desarrollar buenos gerentes de la noche a la
mañana”.
De cualquier
forma, es importante concebir el desarrollo de liderazgo como un proceso a
largo plazo que implica riesgo cultural intra-organizacional, y por
consiguiente precisa intención, atención, recursos y estrategia.
Hay
suficientes razones para abogar por un esquema organizacional que ante
cualquier situación que requiera reemplazo o sucesión en puestos clave de
liderazgo, favorezca la toma interna de su gente por encima de la externa a la organización. Al
traer a alguien de afuera para posiciones clave, la organización arriesga mucho
en cuanto a lo que a cultura organizacional se refiere. Si una organización en
un momento crucial se encuentra con que no tiene un sucesor, habría que evaluar
en forma detallada si realmente tiene algún esquema formalmente establecido
para el desarrollo y la sucesión del liderazgo.
Una
organización cuyo líder no esté anhelando que sus seguidores se desarrollen,
está afectando negativamente a la sociedad. Cuando un líder se niega a
desarrollar a sus seguidores, está restringiendo la capacidad que ellos tienen
para rendir en su mayor esplendor. Esto, generará por consecuencia una
limitante a su equipo inmediato de trabajo, lo cual, al ser sumado a otras
áreas organizacionales funcionando con iguales restricciones, devendrá en una
organización sub-aprovechada en término de sus potencialidades.

John Maxwell
da un esquema esperanzador e interesante en lo que él llama la “Ley del
Apalancamiento”, que de manera sencilla presenta la idea de que al desarrollar
a sus seguidores, el líder esta “Apalancando” su propio liderazgo, no lo está
arriesgando ni disminuyendo. Esta idea precisa de una concepción aventurada y
confiada de que al desarrollar a otros en su capacidad para liderar mejor, el
líder está sembrando esperanza en el esplendor futuro de su gestión, de su
organización, de su país y de la sociedad en general.

Venciendo el miedo a desarrollar líderes

La naturaleza
egoísta del ser humano también florece a nivel de liderazgo y trasciende
parámetros culturales. En el argot de liderazgo, existe una filosofía oculta
relacionada directamente al desarrollo de liderazgo que ha lastimado y
reprimido el potencial de organizaciones y naciones enteras. Esta filosofía
para liderar es poco hablada, abordada e investigada públicamente; y se trata
de una agenda presente en algunos líderes que aboga por no desarrollar mucho a
los seguidores, presintiendo que pudiesen llegar a “quitarle su puesto” o
sitial de influencia. Esta cosmovisión, expresa el miedo del líder y la poca
comprensión de cómo funciona
la influencia.  El
miedo a ser reemplazado, especialmente por alguien mejor y más joven, es sin
duda algo natural; sin embargo, el activo más relevante de todo buen líder es
la influencia (más allá de la posición, el prestigio, los recursos y el
carisma), la cual logra su acometido, junto a un equipo de gente agradada y
convencida de lo digno que es el líder de ser seguido. La paradoja es que mientras
el líder desarrolla más a sus seguidores, más afianzado estará su liderazgo. 

Desarrollar
a los seguidores o líderes en desarrollo en este sentido se refiere a:
       
Manifestarles
aprecio personalizado.
     Reconocer sus
áreas de talento y nutrirlas (añadiéndole destreza y conocimiento a través de
la práctica y el aprendizaje) hasta convertirlas en fortalezas.
       
Ubicarlos en
el rol que más se adecue a su potencial.
       
Capacitarlos
formal y continuamente.
  Inducirlos a
situaciones retadoras (tales como proyectos difíciles, exposición
transcultural, equipos multidisciplinarios, tiempos de entrega mínimos, etc.)
que estén fuera de su zona de confort y donde puedan desarrollar nuevas
habilidades.
       Serles de
mentor, coach o consejero para catalizar el aprendizaje, el rendimiento y el
avance armonioso.

Al
desarrollarlos, es decir, al proveer para ellos los medios para su desarrollo
integral, los seguidores estarán más agradecidos, funcionarán mejor y por
consiguiente reconocerán lo positivo de la influencia que ha ejercido el líder
sobre ellos, ofreciéndole de vuelta al menos respeto, agradecimiento y/o apoyo desmedido.

Preguntas de Reflexión para la Transición (2016 a 2017)

#2016
  • ·        
    ¿Qué significó el 2016 para ti?
  • ·        
    ¿Cuáles son los 3 aprendizajes más significativos?
  • ·        
    ¿En qué mejoraste?


#2017  
  • ·        
    ¿Qué novedad procurarás en 2017?
  • ·        
    ¿Algo que hacer, que dejar de hacer, que hacer
    diferente (en cuanto a calidad, cantidad, y/o frecuencia)?
  • ·        
    ¿En qué atributos del carácter te gustaría enfocarte
    en este 2017?
  • ·        
    ¿Qué cosas en tu lista de asuntos pendientes las puede
    hacer alguien más con 80% de tu habilidad?
  • ·        
    ¿Cuáles son las 3 cosas de dimensiones
    significativas que sabes que tiene que hacer y no estás haciendo?

Los lideres preguntan ASI, con Atrevimiento, Sensibilidad e Inspiración

Los líderes indagan con curiosidad estratégica,
investigan diligentemente, van más allá de lo evidente, se sobreponen a los obstáculos
conversacionales, no se adecuan a lo obvio; los líderes usualmente hacen lo que
sea para llegar al corazón o núcleo de cualquier asunto relevante que emerja. Ese
núcleo que requiere interacción intencional, capital relacional y una comunicación
madura es
 también el espacio donde se
generan apertura, toma de consciencia, reflexión profunda, sinceridad, disposición
a la acción; y es justo donde también se incuba la transformación.

Ahora bien, los líderes usualmente quieren llegar al
centro de los asuntos de la forma más rápida posible, pero no siempre la
rapidez es amiga de la amabilidad, el respeto y el honor. Es por eso relevante desarrollar
la capacidad para llegar al núcleo de transformación con elegancia, capacidad, inspiración
y rapidez a través de un código comunicacional de efectividad. Buena parte de
las capacidades requeridas están implícitas en el arte de conversar efectivamente,
y muy relacionado especialmente con la formulación de preguntas poderosas. Según
el Dr. Joseph Umidi, fundador de
Lifeforming Leadership Coaching, “las preguntas poderosas traen poderosa iluminación”.
Es decir, las preguntas efectivas y contundentes contienen el poder para remover
bloqueos mentales, abrir ventanas de creatividad, y añadir posibilidades a la
voluntad.

Es por eso importante explorar las dimensiones de lo
que hacen que una pregunta sea considerada como poderosa. Las buenas preguntas,
las poderosas, usualmente tienen, entre otras, algunas o todas de estas tres características
que se presentan a continuación:

Atrevidas: Una pregunta atrevida es aquella que rompe el
silencio, que corta con la inercia del momento y logra alterar el curso
conversacional. Es una pregunta que se puede ver como una intervención en
positivo, hacia adelante, hacia la toma de consciencia y/o hacia la acción. Las
preguntas son atrevidas porque quizás más nadie las había pensado o no se había
atrevido a hacerlas. Este tipo de preguntas implican un riesgo relacional, hay
mucho que arriesgar, pero también mucho que ganar. La gente usualmente recuerda
el momento cuando una pregunta poderosa fue formulada, y usualmente es posible
reconocer lo osado o atrevido que fue el interlocutor, líder o coach que la formuló.

Sensibles: Una pregunta acertada, contextualmente
apropiada o sensible es aquella que es hecha por la persona correcta, en el
momento correcto, con la intención correcta y formulada de forma correcta. En
esta dimensión se junta el corazón que la diseña, la mente que la estructura y
la boca (acompañada del cuerpo) que la entrega. Es importante considerar que no
toda persona puede formular cualquier pregunta y lanzarla en cualquier momento,
es por ende, clave tener el permiso implícito de la persona y ser hecha en el
sitio/momento adecuado para que tenga el mejor de los efectos. Otro aspecto
importante de la sensibilidad es la paciencia para escuchar la respuesta,
especialmente ya que no todo el mundo procesa igualmente la información. Una
pregunta sensible cultiva la honra, facilita la apertura, construye capital
relacional y evoca la transformación.

Inspiradoras: Las buenas preguntas tienen el potencial de
generar cambios de gran escala. La intención de formular preguntas que inspiran
tiene mucho que ver a su vez con tres aspectos: 1) que reten a imaginarse y
crear un mejor futuro; 2) que estén contenidas en un sistema lingüístico
positivo; y, 3) que incluyan gran expectativa en cuanto a que la persona podrá dar
lo mejor de sí misma. La gente usualmente percibe si el líder formula preguntas
cuyas respuestas son en beneficio propio o del que responde. El verdadero líder
tiene la intención de activar procesos de transformación significativa en la
vida de sus colaboradores.

En conclusión, formular preguntas poderosas que sean
Atrevidas, Sensibles e Inspiradoras (ASI)
ha de ser una capacidad intrínseca de todo Líder-Coach. Poniendo así en
contexto que en el corazón del buen ejercicio del liderazgo está la pasión para
configurar espacios conversacionales de manera que emerja la iluminación, el
bienestar, la efectividad, el propósito y sobre todo la última frontera del
coaching que es la transformación.