Serendipia en el Liderazgo

Cuando la complejidad asedia al liderazgo, contar con el
surgimiento de soluciones fortuitas e intuitivas (especialmente las atribuibles
a la casualidad, coincidencia o accidente) se convierte en una opción riesgosa,
pero valiosa. Según Alicia Pomares de Humannova, “tener la mente abierta y
atenta a los cambios, al poder de lo inesperado” (Pomares, 2011), es parte de esta
fascinación llamada Serendipia que intercepta liderazgo con innovación. Wikipedia
refiere a Serendipia
 como “un
descubrimiento o un hallazgo afortunado e inesperado”. (Wikipedia, 2011).
En la historia de la ciencia  y en obras literarias son frecuentes las atribuciones
de importantes descubrimientos a serendipias. Por ejemplo, Albert Einstein reconoce
esta cualidad en algunos de sus hallazgos, así también el Principio de
Arquímedes, el Post-It y el descubrimiento de América son ejemplos fáciles de
ver sobre cómo funciona esto. Una forma moderna y habitual de serendipia es
practicada al navegar en Internet, ya que la red “nos lleva por caminos
inesperados a descubrir y encontrar información que no estábamos buscando.”(Pomares,
2011).
El término serendipia deriva del inglés serendipity, neologismo acuñado
por Horace Walpole en 1754 a
partir de un  cuento tradicional
persa llamado «Los tres príncipes de Serendip», en el que los protagonistas,
unos príncipes de la isla Serendip —que era el nombre árabe de la isla de Ceilán,
la actual Sri Lanka),— solucionaban sus problemas a través de increíbles
casualidades (Pomares, 2011).
Si bien la serendipia trata de aquellos hallazgos providenciales
que emergen sin haberlos planificado; sin embargo, precisa no solo ser vista
como una casualidad que aprovechamos, sino como una habilidad. Para Pomares, “es
la facultad de los individuos que, receptivos a la casualidad, hacen de la
misma inferencias valiosas, deducciones que contribuyen a la ampliación de los
campos del saber y a la innovación. La intuición, la sagacidad, la perspicacia
que conduce a aplicaciones valiosas.”(Pomares, 2011) Es decir, la serendipia requiere
de una mente en movimiento para que ocurra, no emerge sola. Precisa atención intencional,
sentido de alerta, preparación, atención y nociones desarrolladas del contexto.
Si bien, como comenta John Adair, “nace de la curiosidad y del foco abierto”;
es importante “estar preparados, para esperar lo inesperado.”(Pomares, 2011)
Lo importante desde el liderazgo es desarrollar
intencionalmente capacidades colectivas para  aprovechar oportunidades casuales, de vez en
cuando caminar por senderos no habituales, y  mirar con nuevos ojos paradigmas antiguos; en
pocas palabras, evocar la serendipia.
Pomares, A (2011) Srendipity. Mensaje colocado en http://serendipia2.wordpress.com/blog/
Wikipedia (2011)
Serendipia.
Tomado de internet el 20/12//2011 de http://es.wikipedia.org/wiki/Serendipia/

Líderes “Hechos en Casa”

Es importante
comprender el origen del sistema desde el cual fluye todo líder, especialmente
en relación a la constitución esencial que desde el hogar es entretejida para
producir líderes. La cotidianidad del hogar forja un conglomerado de hábitos
que derivan en el esquema de aprendizaje y desarrollo. La sociedad de hoy
parece estar delegando al sistema (colegios, institutos, universidades, clubes,
televisores, internet, etc.) la formación de los niños; sin embargo, el gran
reto es enfrentar la realidad de que los niños aprenderán de aquellos a quienes
vean modelar (ya sean sus padres o no). Por eso es preciso abrir oportunidades
para que los líderes del futuro (niños) vean como alguien “lidera” en las
situaciones cotidianas (decisiones, solución de problemas, actuación ante
incertidumbre, enfrentando los retos diarios e inesperados, etc.), y nada mejor
que el hogar intencionalmente haciendo esto desde el liderazgo de los padres. Manuel
Barroso se refiere a esto al decir que “Los padres dan la oportunidad, crean el
contexto familiar; donde los hijos pueden arraigarse, identificarse con modelos
y referencias de adultos, vincularse a otros y desempeñarse” (Barroso, 2005)
Las experiencias
que vive cada miembro de una familia le ayudan a construir el fundamento para
su crecimiento biológico; el cual según el mismo Barroso, consta de cuatro pilares
que son: arraigo, identidad, vinculación y desempeño (Barroso, 2005). El que ha
vivido en familia, especialmente en un contexto funcional sano, no solo que ha
aprendido a funcionar  dentro de esquemas
funcionales, sino que también se percibe como competente para desempeñarse igualmente
en cualquier otro contexto, tanto en el presente como en el futuro. Los líderes
que emergen de este contexto se muestran más efectivos en tomar riesgos, en
solucionar problemas, en comunicarse, y son los que están más atentos a tomar
en cuenta las necesidades propias y las de los otros. A la final, se convierten
en interesantes prospectos para enfrentar los retos de la sociedad actual.
Barroso, M.
(2005). Meditaciones Gerenciales.
Editorial Galac. Caracas, Venezuela.