El autor Loya comenta que “los equipos de alto rendimiento son
grupos sumamente cohesivos, tanto disciplinaria como afectivamente”. También
comenta que tienen “una alta interdependencia entre ellos y un sentido de la participación”.
(Loya, 2006, p.63). Ese sentido se deriva en un nivel superior de sinergia y colaboración
digno de estudio. Los equipos de alto desempeño aunque ni son imposibles de
conformar, ni tampoco surgen espontáneamente. Usualmente la conformación de
equipos de alto desempeño es un proceso intencional y viable de enseñanza-aprendizaje
multidimensional. Loya comenta que “todos los miembros deben aprender a
trabajar en equipo, la mayoría de las veces no se nos ha enseñado a trabajar como
equipo, ni en casa, ni en la escuela. Estamos acostumbrados a trabajar solos y
aislados, a cuidar nuestro trabajo sin que otros se enteren de lo que hacemos
hasta que mostramos un resultado para que nos alaben” (Loya, 2006, p.63). La
clave para marcar la diferencia en la conformación de equipos de resultados
superiores es generar una sinergia que inicia en lo individual y se extiende hacia
la sinergia de equipo. Loya comenta al respecto que “lo primero que debe aprenderse
es perder el miedo a compartir y permitir que todos conozcan nuestro trabajo.
Cuatro son los aspectos que deben aprenderse como base: dar y recibir, ofrecer
y pedir. Muchas personas están dispuestas a dar si se les pide; otras están dispuestas
a recibir si se les ofrece. Por eso, debe también aprenderse a ofrecer cuando
otros necesitan de uno sin esperar a que se lo pidan, y a pedir cuando uno
necesita de otros.” (Loya, 2006, p.64). El sentido de integración superior
usualmente se inicia a un nivel de interacción humana que, aunque parece básico,
implica tomar conciencia profunda de sus elementos fundamentales y tener
apertura al intercambio.
grupos sumamente cohesivos, tanto disciplinaria como afectivamente”. También
comenta que tienen “una alta interdependencia entre ellos y un sentido de la participación”.
(Loya, 2006, p.63). Ese sentido se deriva en un nivel superior de sinergia y colaboración
digno de estudio. Los equipos de alto desempeño aunque ni son imposibles de
conformar, ni tampoco surgen espontáneamente. Usualmente la conformación de
equipos de alto desempeño es un proceso intencional y viable de enseñanza-aprendizaje
multidimensional. Loya comenta que “todos los miembros deben aprender a
trabajar en equipo, la mayoría de las veces no se nos ha enseñado a trabajar como
equipo, ni en casa, ni en la escuela. Estamos acostumbrados a trabajar solos y
aislados, a cuidar nuestro trabajo sin que otros se enteren de lo que hacemos
hasta que mostramos un resultado para que nos alaben” (Loya, 2006, p.63). La
clave para marcar la diferencia en la conformación de equipos de resultados
superiores es generar una sinergia que inicia en lo individual y se extiende hacia
la sinergia de equipo. Loya comenta al respecto que “lo primero que debe aprenderse
es perder el miedo a compartir y permitir que todos conozcan nuestro trabajo.
Cuatro son los aspectos que deben aprenderse como base: dar y recibir, ofrecer
y pedir. Muchas personas están dispuestas a dar si se les pide; otras están dispuestas
a recibir si se les ofrece. Por eso, debe también aprenderse a ofrecer cuando
otros necesitan de uno sin esperar a que se lo pidan, y a pedir cuando uno
necesita de otros.” (Loya, 2006, p.64). El sentido de integración superior
usualmente se inicia a un nivel de interacción humana que, aunque parece básico,
implica tomar conciencia profunda de sus elementos fundamentales y tener
apertura al intercambio.
Loya, S. F. (2006) Liderazgo
en el comportamiento organizacional. México, Editorial Trillas (pgs. 63 y
64)
en el comportamiento organizacional. México, Editorial Trillas (pgs. 63 y
64)