El Líder-Coach y su Sistema Abierto de Perspectiva Estratégica

Si bien el coaching es ejercido profesionalmente en un contexto de apoyo intencional, acompañamiento habilitante y acompasamiento sistémico; uno de los más grandes aportes de esta disciplina para el natural gestionarse de un líder/gerente que ha instalado sus competencias, está basado en la nutrición bi-direccional de insights poderosos para el pensamiento creativo y estratégico. Casi siempre parece que es el coach el que ayuda a abrir el tanque de creatividad al coachee/colaborador (persona que recibe coaching); sin embargo, son innumerables las historias de expansión creativa y estratégica que han experimentado los propios líderes-coaches al ejercer su liderazgo desde este rol.

Sin
duda, una de las más grandes batallas en este sentido es la neutralización de
los impulsos a “dar consejos” que desde su propia experiencia o conocimiento el
coach novato usualmente quiere brindar a la conversación. La mayoría de las
preguntas que surgen, en vez de tener la dimensión de ser poderosas, tienden a
surgir desde ese “pozo de acumulación de sabiduría milenaria” en vez de ser
fruto natural de la presencia, la apertura, la neutralidad, y el enfoque en el
coachee y lo que está diciendo en función de sus aspiraciones, y desde la
perspectiva de las infinitas posibilidades de acción que puede tener el
coachee. Pensar que el coachee gestionará soluciones desde la estructura mental-
emocional-volitiva del coach es sencillamente el origen del problema y el
vector a transformar.

En este
sentido, la pregunta a todo líder-coach seria: ¿Cuan dispuesto estoy a abrir mi
sistema para ideas ajenas y divergentes a mi estructura preferida de acción? ¿Soy
capaz de formular preguntas sin que mi experiencia/conocimiento domine? ¿Puedo
mental y emocionalmente manejar mis preferencias y perspectivas para que no
afecten negativamente la forma en que pregunto? Ese cambio de sentido conversacional
inicia con la disposición del coach a crecer en perspectiva y así abrir ventanas
de oportunidad hacia la innovación. Un líder-coach ha de saber que “Si yo sé,
quizás me cierre. Si pregunto, me abriré a posibilidades de soluciones.” Entonces
es posible considerar que cada vez que un líder gestiona desde la perspectiva/base
del coaching no solo este habilitando la gestión de sus colaboradores, sino que
también este haciendo un ejercicio de auto-apertura que le llevará a
reconsiderarse y optimizar su visión estratégica de gestión. Hacer coaching
ayuda al líder a mantener sus músculos del no-juicio, de la apertura estratégica
y del sentido de valía de las iniciativas que pueden surgir de los
colaboradores/coachees. 

Rendir cuentas en el Coaching

Para algunas personas rendir cuentas tiene connotaciones negativas. Se
percibe como fiscalización, control, presión de otra persona o posibilidad de
ser expuesto. Por el contrario, la rendición de cuentas en el contexto del
coaching de liderazgo representa un sistema de apoyo, refuerzo, ánimo,
motivación, retroalimentación y control de avance por parte del mismo coachee.
En el coaching la rendición de cuenta implica la generación de un plan de
seguimiento y monitoreo que provee alineación, acompañamiento, estructura y apoyo
al logro de una meta. Además, la rendición de cuentas ayuda a combatir la
procrastinación, que es la tendencia a posponer o aplazar.
Es importante comprender que el coaching no termina con la autoconciencia,
o con el hecho de darse cuenta de algo relevante. El siguiente paso es la
acción con miras a obtener  resultados
deseados, y la rendición de cuentas ayuda en ese proceso, al brindar un sistema
que sostiene el enfoque y el ánimo a través de técnicas de refuerzo, apoyo y
retroalimentación en la consecución de una meta.
Por otra parte, la rendición de cuentas es el producto de un acuerdo
entre el coach y el coachee, en el cual el coachee asume la responsabilidad y
el compromiso por la meta, y el coach sirve de acompañante y espejo en
movimiento del coachee.
¿Cómo hacer una
rendición de cuenta efectiva?
El desarrollo de un
proceso efectivo involucra escribir las respuestas a estas cuatro preguntas:
    
¿A quién le rindo cuentas? Al coach.
    
¿De qué soy responsable? La meta en concreto.
    
¿Cuándo hablaremos de rendir cuentas? Fecha, frecuencia.
    
¿Cómo me pedirá cuentas? La pregunta específica.
Es importante que sea posible
distinguir que la rendición de cuentas, como proceso hacia la efectividad, incluya
estos aspectos:
     Es estructurado: Acordado entre el coach y el coachee.
     Es regular: El coachee reporta su tarea o avance cada semana, quincena, o con
la frecuencia que se acuerde.
     Es específico: Tiene una meta clara de lo que hará cada semana, mes o periodo de medición.
     Es medible: O lo hizo o no lo hizo. Se orienta a resultados concretos.
    
Es motivador: La rendición de cuentas provee un apoyo positivo y una motivación hacia
un cambio.
    
 

En resumidas
cuentas, en el coaching rendir cuentas es fundamental para el avance y la
efectividad.