El hábito de aprovechar las mejores horas del día consiste en programar las actividades sobre las cuales tenemos control de acuerdo con el ritmo de nuestra energía personal o según el ciclo de actividad diaria de nuestro entorno laboral o familiar. También es importante en este hábito no permitir el tiempo reactivo en estas horas del día, sino precisamente aprovechar este tiempo e invertirlo de la mejor manera.
Lo apropiado es reservar las actividades importantes, difíciles, creativas, para los momentos «bajos» del día, durante los cuales se presentan menos urgencias y problemas que atender. Igualmente, es conveniente dejar las tareas rutinarias, las menos exigentes, para las horas «pico» o las cercanas a ellas, pues son tareas que pueden manejarse aun en medio de frecuentes interrupciones. La realización de reuniones, juntas o comités importantes es conveniente programarlas para las horas «bajas», Igual las entrevistas importantes, las llamadas telefónicas clave.
Tomado de Manual del Curso «Self Management. Uso Sabio del tiempo y eficacia personal» de Global Leadership Consulting (2008)